(Matute
– San Quiles – Anguiano)
POSPUESTA AL DÍA 1 DE DICIEMBRE POR BATIDA
- Desnivel acumulado en ascenso: 935.
- Desnivel acumulado en descenso: 960 m.
- Grado de dificultad: media.
- Propuesta de: Jesús Mª Escarza
Debajo
de sus imponentes peñas rojas, Matute se levanta entre los barrancos del Tobía
y del Rigüelo. Con sabiduría ancestral, las casas, calles y plazas del pueblo
se asientan a lo largo de la ladera de manera racional, evitando en buena
medida las cuestas, ofreciendo un amplio y hermoso paisaje de campos y montes.
Perdemos
altura para llegar al cauce del Rigüelo. Seguimos un breve trecho el sendero
del Salto del Agua, por un paraje poderoso y primitivo. Una senda lateral nos
va alejando del profundo barranco. El paisaje se hace más amplio y rico,
mostrando la exuberancia forestal y la profusión de montañas de este
territorio. Atrae sobre todo la atención el Pico Peñalba, por su tortuosidad
geológica. Y los profundos tajos que ha labrado en la tierra la erosión
infinita. Un vado nos permite cambiar de margen del río antes de llegar a un
puente.
Puente
de la Cubilla
km. 4,85 / 890 m.
En
este lugar confluyen las aguas de los arroyos Cervancos y Manzanar. Nuestro
camino elige este último para seguir el ascenso hasta su cabecera por uno de
los barrancos con hayedo más denso de nuestra Rioja. Cuando salimos a terreno
abierto, nos topamos con las hermosas majadas del Manzanar.
Majadas
del Manzanar km. 7,25 / 1200
m.
Amplios praderíos que dan vista hacia alguna
de las principales cumbres de la sierra de la Demanda, así como a un
buen elenco de cotas secundarias. Doblamos al Sureste por una vaguada tendida
que nos permite alcanzar el cumbrero en Valdeloshaces.
Cordal
Valdeloshaces km. 9,5 / 1455
m.
Estamos en las Peñas
del Oro (cordal secundario que desde los Pancrudos se desprende hacia el San
Quiles). Lo tomamos y siguiendo hacia el
Noreste una cómoda pista, vamos pasando por las Minas y hayedo de las Frádigas
hasta alcanzar el collado Cervanco.
Collado
Cervanco km. 13,25 / 1230 m.
Un rincón delicioso entre robles que
invita a hacer un alto y disfrutar de los encantos de la naturaleza. Retomamos
el sentido ascendente para ir acercándonos a la cima del día por un camino que
se ha liberado de la frondosidad boscosa para transitar por un terreno de
arbolado disperso y denso monte bajo.
San
Quiles km. 15,2 / 1340 m.
La
ermita del mismo nombre corona el lugar, una atalaya excelsa que, si el tiempo
acompaña, merece un largo rato de contemplación. La sierra de Cantabria, el
largo espinazo del Serradero, la infinidad de montes que saturan las
jurisdicciones de Anguiano, Matute y Tobía, las altas cumbres de la Demanda… Pero también las
reticuladas tierras de labor del
piedemonte, el valle del Najerilla en su camino hacia el Ebro, bosques, valles
y barrancos de toda condición…
Iniciamos
el descenso hacia Anguiano. Pese a que nos vamos a valer de un sendero
señalizado, el primer tramo de bajada es con diferencia lo más complejo de toda
la travesía debido a la acusada pendiente que obliga a extremar la precaución.
Perdemos altura rápidamente hasta alcanzar una baliza de madera.
Baliza
divisoria km. 16,7 / 1010 m.
Hacia la izquierda
conduce a Matute. Hacia la derecha, a Anguiano. A partir de aquí el camino
acomete un largo faldeo que nos lleva a un resalte llano junto a Peña Reló.
Anguiano aparece ahí abajo, a tiro de piedra, pero no hay que engañarse porque
todavía queda un buen trecho.
Un descenso de
pendiente moderada va dando vueltas y revueltas hasta alcanzar el puente de la Madre de Dios, que nos
permite salvar el profundo tajo que ha labrado el Najerilla. Al otro lado,
entramos en Anguiano, final de la travesía en la jornada de hoy.
Anguiano
km. 21 / 650 m.