“Hayedo de las Frádigas”

Fotocrónicas (XXII)

         Atrás quedó Anguiano, por su barrio de Cuevas nos echamos al monte entre un extenso carrascal. A la encina le sucede el roble, hasta alcanzar el collado Cervanco, hermosa pradera, encrucijada de caminos, ameno rincón donde hacer un alto y almorzar. Entre biércoles que puntean el paisaje de blancos, amarillos y malvas, el robledal cede el testigo al hayedo, y entramos en las Frádigas.

         Estamos en un extenso laderón que vierte hacia el barranco del Manzanar, tupido de poderosas hayas, vestidas con las mejores galas primaverales. La umbría, la frescura del lugar, apenas permite entrar sino unos tenues rayos de sol que acentúan la belleza de las hojas tiernas. Una atmósfera onírica de luces entre verdes y amarillas inunda el lugar. Viejos troncos muertos e incontables otoños de hojas cubren el suelo.

         Un prodigio que está a punto de iniciarse, una vez más, y que lo vivimos con asombro cada año en el camino que nos lleva en romería a nuestra querida Valvanera. Espero que os guste la imagen.

Texto y fotografía: Jesús Mª Escarza Somovilla